TITULO: PROFESOR DE EDUCACIÓN SECUNDARIA EN LENGUA Y LITERATURA
DURACIÓN: 4 AÑOS
HORARIO DE CURSADO: 18,15 A 23,50HS.
LUGAR: CASA CENTRAL (SARMIENTO 251)
Plan de Estudios / Estructura Curricular:Aprobado por Decreto ECyT Nº 985/09.-
Validez: Nacional
ELEMENTOS CONTEXTUALES DE POLITICA EDUCATIVA PROVINCIAL
El diseño curricular para profesorado de Lengua y Literatura para el Tercer Ciclo de EGB y Polimodal, perteneciente al IES Santa María, responde al tercer nivel de concreción curricular en el siguiente marco contextual de política educativa:
a)La provincia de Catamarca elabora los lineamientos curriculares provinciales con carácter abierto, orientador, y con menor nivel de especificación, teniendo en cuenta:
CBC para la formación docente en el campo de la formación general y de la formación orientada, de acuerdo a lo establecido en el artículo 43, inciso A de la ley 24.521 de Educación Superior, que señala: …los planes de estudio deberán tener en cuenta los contenidos curriculares básicos y los criterios de intensidad de la formación práctica que establezca el Ministerio de Cultura y Educación en acuerdo con el Consejo de Universidades, y el artículo 23 de la misma ley, que indica que los planes de las instituciones de formación docente de carácter no universitario, cuyos títulos habiliten para el ejercicio de la docencia en los niveles no universitarios del sistema, serán establecidos respetando los contenidos básicos comunes para la formación docente que se acuerden en el seno del Consejo Federal de Cultura y Educación.
b) A nivel provincial se hace necesario contemplar los nuevos instrumentos legales que consideren la implementación y puesta en marcha de la transformación del sistema educativo de la provincia de Catamarca: la Ley Federal de Educación N° 24195, la Ley Federal de Cultura y Educación de la Provincia N° 4843 y su reglamentación, el Pacto Federal Educativo y los acuerdos del Consejo Federal de Cultura y Educación, precisando en su artículo 2° que la transformación educativa comprende la formación, el perfeccionamiento y la capacitación docente en sus distintos niveles.
CONTEXTO SOCIOPOLÍTICO ACTUAL DE LA FORMACIÓN DOCENTE
Sin duda alguna los lineamientos curriculares han sido elaborados en el contexto global de cambios políticos, económicos, sociales, culturales, científicos y tecnológicos en relación con las necesidades educativas a nivel nacional y provincial. En este contexto emerge el IES Santa María, con características regionales que le son propias:
a)Ubicación geográfica: centro del Valle Calchaquí, se llega a él por caminos de montaña a por lo menos un promedio de 5 horas de los centros urbanos más poblados (léase Tucumán y Salta) y a 8 horas de San Fernando del Valle de Catamarca.
b)El IES Santa María es el centro de estudios superiores único con sus características en el Valles, que atrae por esa razón a alumnos de las tres provincias mencionadas.
c)Fuerte demanda de docentes del área en el Tercer Ciclo de EGB y Polimodal.
d)El IES contemplará en la formación del futuro docente las competencias inherentes a su desempeño laboral, ya sea nacional, provincial o bien, como en el caso que nos atañe, en Tercer Ciclo EGB y Polimodal, o Tercer Ciclo EGB Rural.
e)En los últimos años los cambios sociales y económicos recrudecen en el impedimento de los jóvenes de emigrar a otros centros urbanos para continuar con los estudios que amplíen sus posibilidades laborales.
Las nuevas ofertas educativas del IES convocan a un grupo cada vez mayor de jóvenes egresados del Polimodal, a la vez que se acrecienta en la comunidad un prestigio y revalorización de la institución.
Finalmente podemos agregar que este profesorado cubre una fuerte demanda en el área docente a nivel nacional, provincial y departamental.
FUNDAMENTACIÓN
En la formación docente se debe considerar la inclusión de nuevas concepciones:
- una concepción totalizante sobre el saber, como estructura articulada de conceptos constituidos históricamente, al igual que las relaciones que se generan entre ellos;
- una concepción acerca del aprender y del enseñar como proceso de apropiación por el trabajo y el lenguaje. Estos procesos tienen condiciones de individualidad y socialización que determinan su posibilidad de existencia en cuanto ninguna de las condiciones puede estar ausente;
- una concepción acerca de la cultura que la significa como lo producido por el hombre en su vínculo con la naturaleza, con los otros y consigo mismo, que implica el abandono de la dicotomía entre “cultura tecnológica” y “cultura humanista”.
La formación del profesor debe ser entendida como una síntesis de cultura y conocimiento, de disciplina y competencia, de metodología y didáctica, y como elemento imprescindible para la socialización profesional en una determinada praxis, formación y desarrollo profesional forman, pues, un tándem beneficioso para el desempeño de la profesión.
Esta nueva concepción, la formación como desarrollo profesional centrada predominantemente en las prácticas del aula y del centro, significa reconocer el carácter específico profesional del profesorado y la existencia de un espacio donde éste pueda ser ejercido.
Asimismo, cuando se aborda la figura del profesor reflexivo y crítico, concepto empleado por una corriente alternativa a las dos posturas paradigmáticas de la educación (la técnica y la interpretativa), se está considerando que los profesores pueden ser verdaderos agentes sociales, planificadores y gestores de la enseñanza/aprendizaje, facilitando las ocasiones de aprendizajes y enseñando a aprender, y que pueden intervenir, además, en los complejos sistemas que conforman la estructura social.
También es importante la concepción de la tarea docente basada en la investigación diagnóstica continua de la propia actuación, para tomar conciencia de todo aquello que es mejorable, detectar las necesidades reales del alumnado y generar una postura profesional flexible y abierta a nuevas alternativas docentes y culturales.
Por último, las vertientes cultural e ideológica de la formación demuestran su valor en el hecho de forzar el análisis respetuoso de la actividad docente, una actividad que, sin duda, presenta cambios probablemente indelebles en las generaciones futuras.
La imaginación, la sensibilidad, la memoria, hoy más necesarios que nunca, son pilares de la formación del profesor de lengua y literatura. Por ende, estamos generando agentes del cambio, sujetos que comprendan nuestra crítica realidad y que actúen para transformarla. En definitiva, es éste el único verdadero objetivo de la educación: gobernar el cambio. Creemos firmemente que desde esta carrera lo estamos haciendo.
La crisis cultural de este fin de siglo –esencialmente la incertidumbre en el campo político, social y económico- crea la necesidad de que la formación de competencias hoy, esté pensada en función de preparar ciudadanos activos, sujetos de futuros posibles, con un bagaje articulado de capacidades para enfrentarse a situaciones nuevas (Braslavsky, 1994).
En ese sentido, la formación en lengua y literatura abre un horizonte amplio, ya que la misma genera cambios en las estructuras cognitivas y operativas, y desarrolla la capacidad de percepción analítica, la capacidad relacional, la capacidad de inferencia y el razonamiento lógico, y por esta vía consolida el funcionamiento metacognitivo, que impactará positivamente en el Polimodal y la EGB. Y estos aspectos son fundamentales no solamente para el sistema educativo, sino también para el mundo del trabajo. Según un informe de la Organización de Estados Americanos realizado por la Fundación Centro de Estudios en Políticas Públicas, lejos de exigir una formación altamente especializada para cubrir puestos calificados, el mercado de trabajo le exige al sistema educativo nada menos que egresados que sepan pensar y desarrollar la capacidad de razonamiento. “Lo que le pedimos al sistema educativo no es una formación específica para determinada área laboral, sino competencias básicas mínimas, gente que sepa pensar, con capacidad para desempeñarse en ámbitos interdisciplinarios”, planteó un directivo de una empresa nacional con presencia en el exterior. Y otro empresario se quejaba: “Se necesitan mínimas condiciones lingüísticas para completar un formulario”[1].
Por otro lado, la importancia de la lengua para la organización y manifestación del pensamiento humano, para el acceso al conocimiento, para la representación de la realidad y la regulación de las conductas, hace de esta disciplina la asignatura que vertebra todo el proceso de formación de los niños y jóvenes, desde el nivel inicial hasta el Polimodal y, más aún, la base de la integración social del individuo.
Teniendo en cuenta aspectos más coyunturales, otra variable a considerar son las posibilidades de inserción laboral que tienen los egresados dentro de nuestra provincia y a nivel nacional. La asignatura lengua es una espacio curricular de considerable carga horaria dentro de la curricula en los diferentes niveles de educación, y los docentes aún no han cubierto las necesidades. Aún cabe esperar, por otro lado, que las políticas educativas provinciales y nacionales activen los mecanismos necesarios para que dicha carga horaria se incremente y para que se abra el espacio, por ejemplo, en aquellas modalidades del Polimodal que no lo tienen (es el caso del 3er. año de Economía y Gestión de las Organizaciones, por ejemplo). No es necesario enumerar la cantidad de testimonios de docentes universitarios que señalan como una de las grandes falencias de los egresados del nivel medio, la dificultad para interpretar y producir textos[2]. Sin duda alguna aquí reside uno de los factores principales por los cuales los jóvenes fracasan en los ingresos a las universidades. No nos referimos solamente a los exámenes específicos del área de lengua, sino a todos. Difícilmente un joven con serias dificultades para comprender lo que lee podrá prepararse para rendir una materia como biología, por citar un ejemplo.
A menudo se sostiene que esta incapacidad para comprender lo que se lee tiene que ver con la falta de lectura, la que a su vez tendría su origen en el bombardeo al que los jóvenes se ven sometidos por parte de los MCS. Si esto es así, parece urgir un reencuentro de los jóvenes con el libro, un redescubrimiento de la literatura y de la imaginación que vaya mucho más allá de la lectura por obligación y que se convierta en un deseo auténtico. El rol de los profesores de literatura es central aquí, sobre todo si atendemos a aquellos adolescentes que no gozan de las mejores condiciones en sus hogares y que pueden encontrar en la lengua y en la lectura una vía de inserción social.
Por último, la concepción de la funcionalidad de la lengua, desde la teoría textual, que centra su enfoque en el discurso como organizador del pensamiento humano, y que hace que la lengua, como ya decíamos, se constituya en contenido transversal para toda la curricula -no sólo en la educación formal sino también en la informal-, lleva a pensar en nuevos campos de acción para los profesores de lengua y literatura –más allá de los convencionales-, desde la generación de proyectos productivos o de desarrollo socio-comunitario (academias de apoyo, talleres literarios, talleres de producción e interpretación de textos, etc.).
Dado el interés por ingresar a la carrera que se pone de manifiesto cada año en los jóvenes de Santa María y de toda la región, y la importancia que tienen ambas disciplinas para el desarrollo integral de todo sujeto, se hace necesaria no solamente la continuidad del profesorado de lengua y literatura, sino además un trabajo mancomunado para lograr egresados cada vez de mayor calidad.
El pedagogo y filósofo español Tomás Sánchez Iniesta, en su visita a nuestro país para participar del IV Congreso Internacional “Aula Hoy”, instó a los docentes a “estar unidos a la realidad y a las necesidades de nuestros alumnos”. Pero agregaba: “Tenemos que soñar, porque eso es anticipar mundos posibles para preparar a nuestros alumnos a resolver los problemas de la sociedad del futuro”. Insistimos entonces: Si no preparamos docentes con capacidad de soñar desde la enseñanza de la literatura, ¿desde dónde lo haremos? Si, como agrega Sánchez Iniesta, el mayor desafío de los docentes de hoy es “ser imaginativos, audaces y valientes”, sin duda alguna que la formación de especialistas en lengua y literatura realiza un aporte fundamental en esa dirección.
La carrera del Profesorado de Lengua y Literatura pretende mostrar a los futuros docentes un panorama amplio de los diferentes paradigmas y, en el marco de los mismos, las diferentes corrientes, tanto lingüísticas como literarias, en el afán de que los futuros profesionales puedan, a partir de la diversidad, posicionarse frente al conocimiento y fundamentar sus propias prácticas. Se presentan las posturas que hoy gozan de mayor prestigio, pero también las que, desde la comunidad científica, se considera que han sido superadas, de manera que los estudiantes puedan visualizar la evolución del conocimiento científico en las áreas de las humanidades y las ciencias sociales. En el área de la lingüística, disciplina nueva en realidad, se trata de mostrar los cambios de paradigmas que se dieron durante el siglo XX, desde la revolución estructuralista hasta las perspectivas sociohistóricas actuales, pasando por el generativismo, la pragmática, la lingüística textual, y diversas corrientes dentro de las mismas. En el área de la literatura, se trata de presentar las teorías más fecundas, que navegan entre los dos extremos: aquel que considera al texto como un objeto inmanente, que se explica en sí mismo, y aquel que lo concibe solamente en relación con un contexto, con ciertas condiciones de producción, con una coyuntura determinada.
Asimismo, se hace hincapié en el carácter provisorio del conocimiento en estas áreas, de modo que el estudiante mantenga su mente abierta a nuevas perspectivas de investigación y a la construcción de nuevas teorías.
Se espera formar un docente con dos características fundamentales: solidez científica y autonomía de criterio. Lo segundo es de vital importancia para lograr coherencia entre lo que se dice y lo que se hace en el aula, entre el discurso y la práctica. Además, otorga auténtica convicción por la propia labor, en la medida en que las decisiones que se tomen serán propias y concientes. Lo primero, la solidez científica, resulta ser fundamental para lograr lo segundo, la independencia de criterio, y para fundamentarlo. Sin un panorama asentado sobre bases firmes, del estado actual del conocimiento en los campos lingüístico y literario, difícilmente se puede, como ya lo señalábamos anteriormente, posicionarse frente a las diferentes posturas y justificar las propias elecciones.
Por otro lado, se pretende formar un docente que goce con lo estético y que se deleite en los artificios del lenguaje. Por consiguiente, se procura un acercamiento del estudiante al texto, tanto literario como no literario, también desde el placer, de modo que al finalizar la carrera él mismo sienta el deseo de ir en busca de nuevos textos, de ampliar el corpus limitado que se le pudo haber brindado, y de formar, en consonancia con lo que mencionábamos anteriormente acerca de la independencia de criterio, su propio canon. De este modo, será menester presentarle el conjunto de textos más amplio posible, que incluya sin duda los clásicos pero también algunas obras cuestionadas en cuanto a su carácter literario.
Se trata, en definitiva, de problematizar categorías centrales dentro de los campos lingüístico y literario, siempre dentro de un marco científico, en el afán por formar un docente capaz de cuestionarse a sí mismo, cuestionar a la propia teoría, y configurar posibles respuestas, aunque sean solamente provisorias.
COMPETENCIAS
El futuro profesor de lengua y literatura deberá poseer:
-Conocimiento de la estructura de la lengua, junto a saberes discursivos que le permitan tener excelencia en el manejo de estrategias de producción y comprensión.
-Capacidad para interpretar, analizar, relacionar, comparar y realizar síntesis de datos, hechos y situaciones cotidianas para, a través de esas operaciones, adquirir no solamente una calificación profesional, sino capacidades que construyan aptitudes para enfrentar situaciones diversas.
-Formación docente continua y como investigador en el aula, que le permita elaborar su propio modelo lingüístico funcional.
-Dominio de los paradigmas lingüísticos y de la teoría literaria. Por ende, deberá estar en condiciones de fundamentar teóricamente sus prácticas de enseñanza.
-Capacidad para leer la realidad socioeconómica, política y cultural de su comunidad y su región, en relación con el contexto nacional e internacional, y capacidad para adecuar los contenidos que desarrolle en el aula a esa realidad.
-Una visión transversal de los objetivos de la enseñanza y de la práctica interdisciplinaria.
-Capacidad para poner en práctica metaaprendizajes de los dominios lingüísticos y de los procesos cognitivos que intervienen en la comprensión y en la expresión oral y escrita.
-Capacidad para seleccionar los contenidos a enseñar, eligiéndolos en función de los objetivos del aprendizaje.
-Dominio de criterios de evaluación, para diagnosticar las limitaciones individuales y remediarlas a través de una pedagogía diferenciada.
-Capacidad de autoevaluación de sus propias competencias, para luego poder evaluar la adquisición gradual de las competencias de sus alumnos.
-Habilidad para involucrar a los alumnos en actividades de investigación, en proyectos de intervención sociocomunitaria.
-Capacidad de concebir y administrar situaciones – problema ajustadas al nivel y a las posibilidades de sus alumnos.
PERFIL DEL EGRESADO
El egresado deberá ser:
-Competente lingüística y comunicativamente (Hymes).
-Lector reflexivo, de pensamiento crítico, capaz de argumentar sólidamente y de comprender diferentes lenguajes.
-Crítico de su propia práctica docente.
-Sujeto activo de la cultura que interpreta, crea y transforma.
-Capaz de intervenir en sus propios diseños, y en la puesta en marcha y evaluación del proyecto educativo.
-Capaz de ampliar los procedimientos lógicos de adquisición y producción de conocimiento, y de practicar la metacognición.
-Poseedor de criterios de evaluación coherentes con el proceso de enseñanza-aprendizaje.
-Líder, para lograr las empatías requeridas por el proceso enseñanza-aprendizaje.
-Profundo conocedor del saber científico específico y didáctico-pedagógico.
FUNDAMENTOS PEDAGÓGICOS
El hecho educativo complejo está condicionado por diversos factores históricos, sociales, económicos, de la concepción del mundo y de la vida, del desarrollo de la ciencia, de la política, de la ideología… de cada pueblo, de cada grupo humano, de cada individuo, factores que a la vez lo configuran y singularizan.
La educación como hecho ofrece diferencias que deben ser estudiadas por una ciencia: la pedagogía. Primero, para iniciar su tara como tal, y luego, para ofrecer los marcos teóricos, que le permitan lograr mejores resultados en la práctica.
Es imposible pensar el hecho educativo sin la fundamentación teórica de la pedagogía, ya que carecería de significación científica y sistemática. La pedagogía aporta a la educación la reflexión filosófica sobre la vida humana y sus ideales, y, a la vez, con el aporte de la psicología, permite la determinación de los medios y técnicas de enseñanza y aprendizaje.
En momentos de crisis y de cambios en el campo educativo, existe la convicción de que se necesita de mejores condiciones estructurales para el trabajo docente. Pero también es imprescindible que se produzcan cambios en las estructuras conceptuales y operativas de los docentes. Para ello es necesario que la formación docente constituya una línea importante de trabajo que tienda a consolidar fundamentalmente la recuperación de la visión del docente como conocedor de cómo enseñar un contenido específico en un contexto determinado.
Asimismo, el aprendizaje dejó de ser patrimonio del alumno; no se discute que el docente es un sujeto en permanente formación y que, en la medida en que el conocimiento se complejiza, se deben diversificar las estrategias que facilitan el acceso al mismo por parte de los que aprenden, propiciando la construcción de ese conocimiento, en interacción con los pares.
POLÍTICAS Y ACCIONES REFERIDAS A LA CAPACITACIÓN Y PERFECCIONAMIENTO DOCENTE
La carrera exige un perfil docente enmarcado en las tres funciones básicas: función formadora, función capacitadora y función investigadora y de desarrollo.
Con respecto a las mismas, el docente debe ser capaz de facilitar el abordaje de la construcción de los aprendizajes en los contextos específicos, desarrollando el juicio crítico en los alumnos, en busca de su propia capacitación, perfeccionamiento y actualización docente.
POLÍTICAS Y ACCIONES DESTINADAS AL FOMENTO DE LA INVESTIGACIÓN Y DE LAS INNOVACIONES EDUCATIVAS
Ya nos hemos referido a las diferentes funciones que debe cumplir el docente. Agregamos ahora los elementos que conforman la función capacitadora y la de investigación y la desarrollo:
· Función capacitadora; debe responder a la necesidad de crear ámbitos para atender a los requerimientos de las escuelas y los docentes, para la capacitación, para la renovación pedagógica continua.
· Función investigadora y de desarrollo: debe introducir la perspectiva y las herramientas de la investigación en el análisis de las situaciones de las escuelas, así como el diseño, la implementación y la evaluación de las estrategias superadoras.